Libertad, verdad, desarrollo humano sustentable y bien común

Asistimos a un desafío global urgente en la elaboración de una escala de valores que acompañe a los actuales progresos de la humanidad. Desde la tradición humanista cristina, el Proyecto Educativo de la Unidad Educativa Privada San Agustín subraya la centralidad en la concepción del ser humano como persona.

Nos esforzamos para que nuestro Proyecto Educativo sea capaz de dialogar con la cultura a partir de su catolicidad entendida como universalidad. Esto implica preocuparse por un saber que abarque la visión y la formación integral del ser humano, buscando desinteresadamente la verdad, pues todo ello constituye un servicio al hombre mismo y al verdadero progreso.

La Unidad Educativa Privada San Agustín, es una comunidad educativa orgánica, fundada, inspirada y regida en sus supremas instancias por la Orden de San Agustín en Venezuela, sostenida por la sociedad venezolana, al servicio del desarrollo del hombre y todos los hombres y mujeres de nuestro pueblo.

Educar a la persona es alimentar y cultivar su triple raíz: mente, corazón y comunidad. De ahí surge una síntesis de valores humanos – cristianos –agustinos:

  • Por la Interioridad a la Verdad.
  • Por la Verdad a la Amistad / Amor.
  • Por Amistad / amor a la Libertad.
  • Por la Responsabilidad / Solidaridad a la Comunidad.
  • Por la Comunidad a la Transcendencia.
"La Esperanza es desear que algo suceda. La Fe es creer que va a suceder. La Valentía es hacer que suceda."

San Agustin, Serm.34,2-4

Lo que valoramos

La axiología agustiniana apuesta, además, por un proyecto de persona cuyos valores se pueden relacionar con los pilares de la educación señalados por la UNESCO:

Educar en la Interioridad, la Verdad y la Libertad, para Aprender a Hacer, a Conocer y a Ser; Educar en la Amistad, la Comunidad, la Justicia, la Solidaridad, la Responsabilidad y la Transcendencia para Aprender a Compartir y Vivir con los demás.

Los principales valores que la institución ha definido como base para orientar su trabajo educativo, se sustentan en la dignidad e igualdad de la persona humana como unidad indisoluble, ser original, irrepetible e instalado en la diversidad. Desde esta centralidad en la concepción de ser humano, se derivan y deben comprenderse los siguientes valores que la institución promueve:

Ante el reto de la dispersión, se entiende la interioridad como una actitud fundamental en virtud de la cual se opta por las capacidades y valores que tienden al mundo interior de la persona. Se Expresa a través del silencio, la reflexión y el recogimiento.
Ante el reto del relativismo, la razón y la fe posibilitan encontrar en el interior del hombre la verdad que le dignifica como imagen de Dios. La verdad se expresa a través de la autenticidad, la honestidad, la humildad y la sinceridad. La búsqueda de la verdad es el concepto central del quehacer académico, el fin último de la generación, transmisión y difusión del conocimiento.
Querer el bien para el otros de forma desinteresada, siendo ese el distintivo y el motor del ser humano. Ante el Reto de la superficialidad, la amistad significa un vínculo que une a las personas en mutua empatía, cuyo ideal llegar a tener todo en común, y dedicarse juntos a la búsqueda de Dios con una sola alma y un solo corazón. Se expresa a través de la fidelidad, el servicio, la confianza, la confidencia y la entrega.
La libertad es uno de los dones más distintivos del ser humano, como herramienta para construir su destino. Con ella, la persona es responsable de su vida y de la sociedad en que vive. Este don implica respetar la diversidad de pensamiento, de opinión, de expresión y de conciencia.
Hacer de la mejor manera lo que corresponde con la efectividad, calidad y compromiso y sin perder de vista el beneficio colectivo. Implica asumir la consecuencia social de los actos y responder por las decisiones que tomen los grupos de los que se forma parte. Es ser diligentes y solidarios con aquellos que nos han sido encomendados porque precisan de nuestra ayuda. La responsabilidad genera confianza y tranquilidad; por ende, requiere de criterio, prudencia, serenidad y sensatez.
Es un concepto elemental para comprender la dimensión política de la igualdad de oportunidades; es decir, como el entorno permite desarrollar las capacidades de las personas y grupos, buscando la eliminación de los distintos obstáculos para ello. Querer el bien para el otro de forma desinteresada, siendo el distintivo y el motor de la vida del ser humano.
Es tratar humanamente a las personas, reconocer que el otro es real y semejante, pero a la vez, diferente. Respetar es ponerse en lugar del otro para comprenderlo. El respeto excluye el maltrato, la discriminación, la agresión, la humillación, la indiferencia y el desconocimiento de cualquier persona. El respeto además de solidaridad, implica honrar la vida y la dignidad humana.
Hace referencia a la persona siempre integra y recta, alguien que cumple con sus deberes sin fraudes, engaños y trampas; ser transparente, autentico y de buena fe. Ser honesto es una forma de sembrar confianza en uno mismo y en aquellos con quienes estamos en contacto.
Es la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno lo suyo. Esto es asegurar que cada uno de y reciba lo que corresponde y necesita, tanto considerando al individuo en sí mismo como en sus relaciones con las demás personas, grupos o instituciones y con la comunidad entera. La institución asume los principios sobre los que se asienta un estado democrático, a saber: respeto a los derechos fundamentales y educación en la tolerancia y libertad.